Su imagen en una camilla con la tripa ensangrentada dio la vuelta al mundo por su dureza. Mostraba lo peor de la guerra, el ataque indiscriminado a civiles de Putin. Ahora, la agencia Associated Press confirma que esa mujer embarazada y su bebé murieron después de que Rusia bombardeara el hospital de maternidad donde debía dar a luz en la ciudad de Mariúpol.
Las imágenes de esta mujer siendo llevada de urgencia a una ambulancia en una camilla personificaron el horror de un ataque contra los más inocentes. En videos y fotografías se ve a la mujer acariciando la parte inferior de su abdomen ensangrentado mientras los rescatistas la transportaban entre los escombros en la ciudad sitiada de Mariúpol. Su rostro pálido reflejaba su conmoción por lo que acababa de suceder.
La mujer fue trasladada de urgencia a otro hospital, aún más cerca de la línea del frente, donde los médicos trabajaron para mantenerla con vida. Al darse cuenta de que estaba perdiendo a su bebé, y según el relato de los médicos a AP, la mujer les gritó: "¡Mátenme ahora!".
El cirujano Timur Marin ha asegurado que la mujer llegó en "estado crítico y estado de shock, con la pelvis aplastada y la cadera separada". Los médicos dieron a luz al bebé por cesárea, pero "no mostró signos de vida", según ha explicado el cirujano. Luego, se centraron en la madre. "Más de 30 minutos de reanimación de la madre no produjeron resultados", explica Marin. "Ambos murieron", añade.
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En el caos que siguió al ataque aéreo del miércoles, los médicos no tuvieron tiempo de obtener el nombre de la mujer antes de que su esposo y padre vinieran a retirar su cuerpo. Al menos alguien vino a recuperarla, dijeron, para que no terminara en las fosas comunes que se estaban cavando para los cada vez más muertos que registra la ciudad de Mariúpol.