Si una estrella de mar llevara pantalones, ¿dónde se los pondría? Puede parecer una pregunta extraña, pero, más allá de la familiar -y ficticia- imagen de Patricio, el inseparable amigo de Bob Esponja, que nos puede venir a la mente, lo cierto es que los científicos llevan mucho tiempo haciéndose preguntas sobre la extraña disposición corporal de estos equinodermos: ¿cuál es la cabeza de una estrella de mar? ¿La tiene acaso?
Durante siglos, los naturalistas han hecho cábalas sobre qué podría constituir la cabeza de una estrella de mar, pues su composición corporal poco habitual podría llevar a pensar que no tienen. Sin embargo, ahora un estudio publicado en la revista científica 'Nature' sugiere que, lejos de estar descabezadas, a lo largo del tiempo evolutivo las estrellas de mar pierden sus cuerpos y se convierten en solo cabeza.
La investigación, elaborada por las Universidades de Stanford y Berkeley, lideradas por Chan Zuckerberg Biohub San Francisco Investigators, ha hallado las firmas genéticas asociadas con el desarrollo de la cabeza en casi todas las partes de las estrellas de mar juveniles, mientras que la expresión de los genes que codifican el torso de un animal y las secciones de la cola estaban desaparecidas.
En otro sorprendente hallazgo, el equipo ha descubierto firmas moleculares típicamente asociadas a la porción frontal de la cabeza en el medio de cada brazo de las estrellas de mar y que esas firmas cada vez se movían progresivamente hacia la parte posterior de los extremos de los brazos. Así, el estudio sugiere que, lejos de estar sin cabeza, a lo largo del tiempo evolutivo, las estrellas de mar pierden sus cuerpos y se convierten en solamente una cabeza.
"Es como si la estrella de mar está completamente sin tronco y se describe mejor como simplemente una cabeza que se mueve a lo largo del suelo marino", ha indicado Laurent Formery, académica de Biohub y principal autora del nuevo estudio. Según esta experta, "no es para nada lo que los científicos han asumido acerca de estos animales".
La incógnita de la cabeza de la estrella de mar
A lo largo de los siglos, la disposición corporal de las estrellas de mar ha desafiado el entendimiento de los científicos de la evolución animal y es que, en lugar de mostrar una simetría bilateral, las estrellas de mar adultas y los equinodermos relacionados, como los erizos marinos, tienen un eje de simetría sin un cabeza o cola definida.
Algunos científicos han propuesto que en las estrellas marinas, el eje que va de la cabeza a la cola podría extenderse de la espalda del animal a la zona situada debajo de la barriga, mientras que otros sostienen que cada uno de los cinco brazos corresponde a una copia del eje convencional de la cabeza a la cola. Los esfuerzos para confirmar estas hipótesis han afrontado retos, en gran parte porque los métodos para detectar la expresión genética no funcionan bien en el tejido de pequeñas estrellas de mar.
El biólogo marino Christopher Lowe, de la Universidad de Stanford y uno de los coautores del estudio, y un grupo de científicos han tratado de proporcionar información genética para poder establecer la actividad genética por las estrellas de mar en desarrollo.
Gracias a un proceso llamado de secuenciación de alta fidelidad para obtener datos precisos de trazas de ADN del tamaño de un gen intacto, haciendo que el proceso sea mucho más rápido y barato, los investigadores pudieron secuenciar los genomas de las estrellas de mar y emplear un planteamiento denominado transcriptómicas espaciales. De esta forma, lograron ver qué genes de las estrellas de mar eran activos en localizaciones precisas del organismo.
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Según Formery, los resultados obtenidos sugieren "que los equinodermos, y las estrellas marinas en particular, cuentan con el ejemplo más dramático de desacoplamiento de regiones de la cabeza y el tronco de las que tenemos constancia hoy". La experta ha agregado que algunos antepasados de estrellas marinas preservados en fósiles parecen haber tenido tronco, lo que "abre un montón de nuevas cuestiones que ahora empezamos a explorar".