Miles de personas han intentado asaltar el Parlamento en Georgia después de que un diputado ruso se sentase en el escaño del presidente de la cámara Irakli Kobajidze, que acaba de dimitir.

Una delegación rusa acudió el pasado 20 de junio a la reunión de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia (AIO), sin embargo, durante el encuentro un grupo de manifestantes irrumpió en el hemiciclo y lanzó agua a Gavrilov, cabeza de la delegación y presidente de la AIO, lo que obligó a concluir la cita antes de lo previsto.

No obstante, la protesta se mantuvo y finalmente la Policía intervino con gases lacrimógenos y balas de goma para disolver a los manifestantes.

Se calcula que los disturbios han dejado al menos 240 heridos entre ellos 80 policías.