Los incidentes ocurrieron cuando aterrizó en el recinto el helicóptero en el que viajaba Lula y explotaron dos supuestos petardos en medio de la concentración de simpatizantes del exmandatario, según señaló la Policía Militarizada.

Los agentes federales que se encontraban en el interior de la sede policial reaccionaron entonces lanzando gases lacrimógenos que obligaron a los partidarios del líder del Partido de los Trabajadores (PT) a dispersarse calle abajo.

Las fuerzas de seguridad también hicieron uso de balas de goma contra la masa de manifestantes que apoyaban a Lula, quien se entregó hoy a las autoridades en Sao Paulo en cumplimiento del auto de prisión dictado el pasado jueves por el juez Sergio Moro.

Ninguno de los heridos se encuentra en estado grave, si bien algunos de ellos fueron trasladados a hospitales de la zona, de acuerdo con el organismo. A pocos metros, decenas de detractores del carismático líder también estaban concentrados y fueron obligados, de una forma pacífica, a abandonar el lugar, al igual que los periodistas.

Antes de la llegada de Lula, un grupo de policías militarizados ya había establecido un cordón policial, con una separación de 30 metros de distancia, para evitar el enfrentamiento entre ambos bandos.