La Policía Nacional de Perú ha confirmado la muerte de al menos dos personas en la costa norte del país a consecuencia del fuerte oleaje causado por la erupción este pasado sábado del volcán Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai.

"Lamentamos el sensible fallecimiento de dos personas, que fueron halladas sin vida por efectivos de la comisaría de San Martín, en la playa Naylamp, cuando el oleaje era anómalo", ha indicado la Policía en su cuenta de Twitter.

Las fallecidas han sido identificadas como dos mujeres, tía y sobrina, de 46 y 23 años de edad, respectivamente, que viajaban en un vehículo que acabó arrastrado por las corrientes, informa el diario peruano 'La República'.

La localidad de Paracas ha sufrido las consecuencias más graves, con negocios totalmente anegados. "El agua llegaba hasta las rodillas... en la cuarta ola se llevó el muero e inundó todo", ha expresado una de las vecinas. Además, a 8.000 km del volcán, en el estado de California, otras dos personas han resultado heridas por el oleaje mientras pescaban.

Se trata de las dos primeras víctimas mortales provocadas por la gigantesca erupción del volcán submarino, epicentro de un oleaje que se extendió por toda la región del Pacífico y generó a su paso alertas y avisos por tsunamis en Australia, Nueva Zelanda, Vanuatu, Japón o Estados Unidos, entre otros países.

La explosión, que duró ocho minutos, dejó impactantes imágenes desde el espacio, provocando una enorme presión que incluso se ha sentido en Torrevieja, España. "Lo que ha habido es una onda de presión que se ha expandido por todo el mundo a través de la atmósfera. Todavía se está analizando el tamaño real de la explosión. entonces saber si se va a producir de nuevo es complicado. Es verdad que cuando hay una erupción tan explosiva es que no se vuelva a producir", ha explicado un sismólogo.

Tonga, el archipiélago de más de 170 islas en el Pacífico Sur, sigue aislado. "Las conexiones de comunicación con Tonga son limitadas debido a que el tsunami dañó los cables de comunicación submarinos y causó cortes de luz", ha explicado la primera ministra de Nueva zelanda, Jacinda Ardern. Tanto Nueva Zelanda como Australia se ha ofrecido a ayudar al país en cuanto se haga recuento de daños.

La Federación Internacional de Cruz Roja ya están sobre el terreno para dotar de alimentos para 1.200 hogares. Sin embargo, el problema reside ahora en los acuíferos de agua, contaminados por la ceniza.