Aunque la justicia sigue tumbando su veto a inmigrantes, Donald Trump no se rinde. "Ganaremos esa batalla, pero tenemos otras muchas opciones, incluyendo la aprobación de una nueva orden. Tenemos que daros prisa, por razones de seguridad", ha afirmado el presidente de Estados Unidos.

Mientras tanto, empieza a cumplir su amenaza de deportar a inmigrantes en situación irregular. Las ONG denuncian que cientos de personas han detenidas en las redadas que los servicios de inmigración han realizado por todo el país. Muchos tienen hijos que han nacido en Estados Unidos.

El símbolo de esta nueva lucha de Trump es Guadalupe. Ha sido deportada a México tras pasar dos décadas viviendo en Estados Unidos. Sus hijos han nacido allí. "Sabíamos que me podían afectar las nuevas leyes del presidente Trump. Me enfrenté porque tampoco quiero andar escondiéndome", ha reivindicado.

Guadalupe fue detenida por primera vez en 2009 pero, con Obama, su deportación no era prioritaria porque su único delito fue tener documentación falsa para poder trabajar. Ahora, con Trump, la cosa ha cambiado.

Las protestas contra las redadas se extienden por todo el país, y no son las únicas. Al grito de "vergüenza" han recibido unos manifestantes a la millonaria y nueva secretaria de Educación en su visita a un colegio público. Algo parecido le ha pasado a un congresista respublicano de Utah, abucheado por apoyar las medidas de Trump.