Josu Ternera ha salido de la cárcel con un control telemático para acudir al domicilio de París donde tendrá que guardar arresto domiciliario. El exdirigente de ETA ha abandonado la prisión de la Santè en un vehículo negro, sin mostrar su rostro, como se puede ver en el vídeo.

El Tribunal de Apelación de París autorizó este miércoles la concesión por motivos de salud del arresto domiciliario con brazalete electrónico al histórico etarra.

Las tres juezas de la sala se pronunciaron a favor después de que el estudio que se había encargado el pasado día 1 para analizar esa posibilidad haya arrojado que técnicamente se puede vigilar en régimen de arresto domiciliario al histórico dirigente etarra, por lo que acotaron su salida de prisión en esas condiciones.

Antes de salir, las autoridades pusieron en marcha el dispositivo para garantizar que cumple con el arresto domiciliario, según precisó su abogado Laurent Pasquet-Marinacce. Ternera ha abandonado la prisión donde permanecía detenido desde que fue capturado en mayo del año pasado en los Alpes franceses.

Sus letrados no quisieron dar la identidad de la persona que se ha comprometido a alojarlo, más allá de indicar que es una profesora de la Escuela Nacional Superior (ENS), y que vive en París. Lo que sí que señalaron es que Urrutikoetxea, que tiene 70 años, va a continuar los estudios universitarios que ha estado cursando desde la cárcel, y que se matriculará el próximo curso en tercero de Historia en la Sorbona.

Brazalete electrónico

El histórico dirigente etarra tendrá que permanecer en casa de esa profesora universitaria, salvo por motivos justificados, como realizar visitas médicas, y deberá llevar un brazalete electrónico.

El pasado 1 de julio, la sala de instrucción encargó el informe de viabilidad de un arresto domiciliario como alternativa a su permanencia en prisión ante los riesgos para su salud, teniendo en cuenta los casos de coronavirus que se han dado en la Santé, donde está ingresado desde su captura en mayo del pasado año en los Alpes franceses. Urrutikoetxea llegó a la audiencia con un suéter gris y una mascarilla azul y saludó con gestos con la cabeza a sus tres hijos, que estaban en la sala, al igual que la madre de la más pequeña, Agnes Cerlo.

Cuando la presidenta le dio la palabra, no quiso añadir nada a los argumentos de sus abogados, que consideraron que no sólo debería salir en arresto domiciliario, sino que no hay razón para mantenerlo detenido, sobre todo por lo que se está prolongando los procedimientos contra él.

Pasquet-Marinacce se quejó de que ya hace más de un año que España presentó sus cuatro demandas para juzgarlo, "un tiempo considerable". Y descalificó el contenido de esas demandas, que a su parecer encubren las verdaderas razones: "Los españoles quieren un trofeo político" y eso explica el "amateurismo" de las demandas españolas.