Un hombre de la ciudad de Cantón, China acudió a los registros oficiales para realizar unos trámites y descubrió, que según los mismos había sido sentenciado a muerte en el año 2003 y ejecutado en el 2006.
El hombre, Chen, acudió a las autoridades para que le expidieran un certificado de ausencia de antecedentes penales, un documento legal necesario en el país oriental para poder contraer matrimonio o ser contratado en la mayoría de las empresas.
La sorpresa de Chen fue que no podía obtener el documento porque en el año 2001 había cometido un secuestro por el cual supuestamente se le había ejecutado hace una década. Al parecer, todo se ha debido a una confusión administrativa, ya que una persona con el mismo nombre había sido, en efecto, ejecutada.
Chen ha asegurado a la prensa local, que durante los últimos diez años ha llevado una vida normal y que incluso ha conseguido viajar al extranjero.