"La humanidad ha abierto las puertas del infierno". Con estas rotundas palabras comenzó António Guterres, secretario general de la ONU, su intervención este miércoles cumbre climática en Nueva York. El alto cargo ha querido dejar claro que la inacción climática ya está dejando consecuencias directas en nuestras vidas.

Este verano ha sido el más caluroso de la historia, con temperaturas nunca vistas antes en varios países. En Italia, por ejemplo, se han llegado a rozar los 49ºC.

También aumentan los fenómenos meteorológicos extremos. Sólo en los primeros días de este mes ha habido ocho en todo el mundo: hemos visto inundaciones en Libia, España y en el desierto de Nevada, en Estados Unidos. Todos vinculados con el calentamiento global.

Guterres insta a los líderes mundiales que actúen para dejar evitar, lo que según él, ya es una catástrofe climática. "Mi exhorto a los líderes mundiales será caro: no es momento para la indiferencia o la indecisión", explicaba Guterres.

Ayer mismo teníamos un ejemplo de la falta de voluntad política para luchar contra el cambio climático. El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, defendía su postura de seguir vendiendo coches contaminantes. "Todavía podrás comprar coches y furgonetas de gasolina y diésel hasta 2035". El primer ministro británico da marcha atrás en la estrategia de reducción de emisiones aunque los tribunales ya condenaron al Estado francés por su inacción y el cumplimiento de los Acuerdos de París va con retraso.

Además, Guterres ha culpado a las petroleras. Ha asegurado que hay empresas que frenan la transición ecológica: "Algunas empresas incluso han intentado bloquear la transición hacia la neutralidad de carbono, utilizando su riqueza e influencia para retrasar, desviar y engañar".

Se refiere Guterres a las grandes empresas de combustibles fósiles, la mismas petroleras a las que ha demandado el estado de California por su responsabilidad en el cambio climático.