Francia ha votado a favor de prohibir que los padres abofeteen a sus hijos, sumándose a la mayoría de países de la Unión Europea (UE), aunque no habrá castigo para quien quebrante la ley.
La prohibición ha sido aprobada en una sesión de la Asamblea Nacional a la que acudieron pocos parlamentarios, con 51 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones. La decisión revierte el derecho parental a disciplinar a los niños, garantizado en tiempos de Napoleón, a comienzos del siglo XIX.
"La educación a través de la violencia solo puede crear más violencia en la sociedad. También provoca fracaso escolar, enfermedades, suicidios, comportamiento antisocial y delincuencia", ha dicho Maud Petit, del partido centrista MoDem, socio parlamentario de la formación LREM del presidente, Emmanuel Macron.
La prohibición fue propuesta por la ministra de Igualdad de Género, Marlene Schiappa, que ha señalado en declaraciones al diario 'Le Parisien' que "los padres están equivocados si creen que gritar, abofetear o tirar de las orejas de los niños son formas apropiadas de ejercer la autoridad". "Ninguna violencia es educativa", ha agregado.
La primera dama francesa, Brigitte Macron, también ha respaldado la prohibición, pero algunos parlamentarios conservadores y de extrema derecha la condenaron por ser una interferencia en la vida privada de las familias.
Siguiendo el ejemplo de Suecia en 1966, unos 54 países --incluidos 22 de los 28 estados miembros de la UE-- han introducido leyes similares prohibiendo el castigo corporal en casa, según datos de Francia.