El alcalde de la ciudad italiana Terni, Stefano Bandecchi, ha vuelto a ser protagonista por sus salidas de tono. La última ha tenido lugar este mismo viernes cuando se ha acercado a un manifestante y le ha escupido en la cara.
Acto seguido se ha dado la vuelta para marcharse, pero cuando el hombre le ha dicho que está ahí para criticarlo, le ha escupido una segunda vez. Y no solo eso, tras preguntar que a quién vota, el alcalde ha zanjado la escena amenazándolo con ir a su casa.
Pero esta no ha sido la única vez en la que el alcalde de Terni ha demostrado que es un hombre de mecha corta. Da igual si está en un pleno del ayuntamiento o en un partido del equipo de fútbol local que preside. Stefano Bandecchi, exmilitar con fama de matón, la emprende con todos y contra todos.
Sus comentarios homófobos, racistas o machistas son más que habituales. El pasado mes de enero decía esto de las mujeres antes de una votación sobre violencia de género: "un hombre normal mira el bonito culo de una mujer y lo intenta y, luego, si lo consigue, también se la tira. Si no puede, se va a casa".
Habla de hombres normales, porque los que no se fijan en los culos femeninos, no están sanos mentalmente para Bandechhi. Más sano es amenazar con quemar a dos personas por lavarse los pies en una fuente y asegurar que "haré todo lo posible por arruinarles la vida". Incluso en sus redes sociales comparte fotos alzando la mano haciendo alusión al saludo nazi.