Dinamarca se encuentra en plena ola con cifras de contagios que nunca había experimentado, pero esto no le ha sido suficiente para frenar el fin de las restricciones. Y es que, desde hoy el país tumba todas las medidas COVID, como el uso de la mascarilla o las restricciones de aforos y horarios.

El pasado 26 de enero, cuando se registró el segundo mayor número de casos diarios desde el inicio de la crisis sanitaria, la primera ministra danesa llamó a "dejar atrás la pandemia y seguir adelante".

En una rueda de prensa junto al titular de Sanidad, Mette Frederiksen explicó que los ciudadanos ya no estarán obligados a utilizar la mascarilla en espacios públicos, salvo que así lo requiera un establecimiento, ya no habrá restricciones de aforo ni horario y todos los lugares destinados al ocio podrán reabrir sus puertas.

La única excepción contemplada es que las personas que lleguen del exterior y no tengan la pauta vacuna completa tendrán que presentar una prueba negativa, guardar un periodo de cuarentena y seguir las restricciones anteriormente mencionadas.

Estas medidas entran en vigor hoy, 1 de febrero, cuando el país se encuentra en plena escalada de casos. De hecho, en las últimas 24 horas han diagnosticado -solo por prueba PCR- 29.084 contagios, así como 17 fallecimientos. En total, en la última semana se han detectado 304.388 infecciones nuevas y 134 decesos a causa del COVID.

Unas cifras muy alejadas de las que se dieron al inicio de la pandemia. En abril de 2020 no llegaron a los 400 casos diarios. Mientras que en diciembre del mismo año, en un aumento de la curva, se quedaron muy por debajo de la barrera de las 5.000 infecciones diarias. La subida mencionada se experimenta a partir de diciembre de 2021, disparándose de forma casi vertical en las últimas semanas de enero.

Esto coincide con la detección en el país del sublinaje de ómicron, BA.2, también llamada 'la variante sigilosa'. Dinamarca ha sido el país que, por el momento, más casos ha registrado. De hecho, hace una semana el 45% de sus contagios pertenecían a esta nueva subvariante. Pese a ello, no se mostraron "preocupados" por que pudiera tener cambios significativos respecto a la ómicron original.

La primera ministra danesa quiso destacar, al anunciar el fin de las restricciones, la buena acogida que ha tenido el plan de inmunización entre los ciudadanos. "Las vacunas han resultado ser lo que pensábamos, una súper arma que ha dado una fuerte protección contra el virus", señaló al respecto. Tras ello, agradeció el "desempeño de toda la sociedad", la cual "asumió la responsabilidad, se vacunó y se cuidó", mostrando "un sentido de comunidad" sin el cual no se podría haber llegado "tan lejos y tan rápido" al fin de las medidas.

En septiembre Dinamarca también eliminó todas las medidas contra el COVID-19 al considerar controlada la pandemia con una tasa de vacunación, por entonces, del 73%. Sin embargo, meses después reconocían que "ómicron estaba cambiando las reglas" y decretaron el cierre de espacios públicos, como cines o teatros.