Desnudo y encaramado a la estatua del Duque de Cambridge en pleno centro de Londres. Así ha estado este joven durante tres horas. Nadie se ha atrevido a subir por él ante su extraño comportamiento porque además, había corrido el rumor de que, no se sabe muy bien dónde, tenía un cuchillo. Ha habido que cortar el tráfico hasta que finalmente le han convencido para que bajara.
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