Entre la familia real británica y la española median lazos de parentesco: los Borbones y los Windsor están unidos por el matrimonio del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, nieta de la reina Victoria de Inglaterra. Por eso, Juan Carlos I trataba a Isabel II como prima y, después, su hijo, Felipe VI la llamaba tía.

Sin embargo, el actual rey de España tiene otro lazo de sangre más con los Windsor, porque Felipe de Edimburgo nació en Grecia y era tío segundo de su madre, la reina Sofía. Por eso, en el telegrama de condolencia por la muerte Felipe de Edimburgo, Felipe y Letizia saludaron a la reina de Inglaterra con un "querida tía Lilibet" y le daban el pésame por la muerte de su "querido tío Philip".

No obstante, la relación entre ambas familias reales sufrió tiranteces cuando Juan Carlos I y la reina Sofía no acudieron a la boda del entonces príncipe Carlos y Diana en 1981. Tal y como explica la periodista Silvia Taulés, los recién casados decidieron iniciar su luna de miel en Gibraltar y eso provocó que los reyes no fueran al enlace. Además, esa luna de miel gibraltareña creó tensiones entre España y Reino Unido y separó a la familia.

Sin embargo, todo se arregló en los jardines de Marivent, cuando los reyes de España invitaron a Carlos y Diana a pasar unos días en Mallorca. Poco después, les devolvieron la visita: entonces, la reina pudo saludar en persona a su tío segundo Philip y Juan Carlos, viajar en carroza con su prima Lilibet. La buena relación entre ellos propició, dos años después, la visita de Isabel II a España, la primera y la única que realizó durante su reinado.