Bolinha es un perro que estuvo viviendo durante 13 años en los alrededores de una gasolinera, y allí se alimentaba de los restos de comida que le dejaba la gente, en muchos casaos comida basura. Este hecho le provocó graves problemas de salud, además de una obesidad que le llevó a pesar 36 kilos.

El perro se convirtió en una especie de atracción turística, y si bien las personas que le visitaban no tenían intención de hacerle mal, le generaron problemas de salud.

Finalmente, un hombre lo rescató y trasladó hasta una organización protectora de animales. Allí, tras un año de ejercicio y control alimenticio, ha recuperado un aspecto saludable y ha perdido 14 kilos.