"Como ya se sabe fumé 'maría' cuando era niño y lo considero un mal hábito, un vicio, no muy distinto de los cigarrillos que fumaba cuando era joven y buena parte de mi vida adulta", ha afirmado Obama en una entrevista para la revista 'New Yorker'. "No creo que sea más peligroso que el alcohol", ha añadido. El mandatario ha tratado esta cuestión con sus dos hijas, de 15 y 12 años, a las que les ha trasladado que fumar marihuana "es una mala idea, una pérdida de tiempo, y no muy saludable".
Sin embargo, ha manifestado sus reservas porque la mayoría de las detenciones relacionadas con la marihuana las padecen los miembros de minorías. Por eso defiende el proceso de legalización de esta droga en los estados de Colorado y Washington porque "es importante para la sociedad que no haya una situación en la que una importante proporción de personas viole la ley en un momento u otro pero sólo unos pocos sean castigados".
La marihuana es ilegal a nivel federal, pero 21 estados han autorizado o están en proceso de autorizar el uso terapéutico de esta droga y Colorado y Washington han legalizado completamente su empleo, incluso con fines recreativos. Alaska y el Distrito de Columbia están estudiando la cuestión.
En un largo reportaje, Obama trata otras cuestiones como la raza, los conflictos de Oriente Próximo o sus enfrentamientos con el Congreso, controlado en parte por la oposición del Partido Republicano. Sobre el debate racial, Obama señala que hay gente que nunca aceptará que haya un presidente negro.
En cuanto contenciosos como el de Irán, el conflicto árabe-isrealí o Siria, Obama considera que en cada uno de estos casos hay menos de un 50 por ciento de posibilidades de éxito, pero ha defendido adoptar todas las iniciativas posibles para lograr una mayor estabilidad en la región.
"Si pudiéramos conseguir que Irán actuara de manera responsable (...) habría un equilibrio en ciernes entre los estados suníes o predominantemente suníes del golfo e Irán, con competencia, incluso sospechas, pero no una guerra activa o entre filiales", ha señalado Obama.
Sobre su presidencia, ha señalado que espera que su principal legado sea reducir las diferencias entre los ricos y los pobres. "Me mediré al final de mi presidencia en gran parte por si he puesto en marcha el proceso de reconstrucción de la clase media y de los peldaños hacia la clase media y que se haya invertido la tendencia hacia la bifurcación económica de esta sociedad", ha argumentado.