La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha acusado a las fuerzas gubernamentales de Birmania de violar y cometer abusos sexuales contra mujeres y niñas de la comunidad rohingya durante sus operaciones en el estado de Rajine a finales de 2016.

En su comunicado, HRW ha reclamado al Gobierno que respalde una investigación internacional independiente sobre estos abusos con el objetivo de determinar si hubo una campaña sistemática de violaciones contra esta minoría musulmana.

La organización ha destacado que soldados y miembros de la Policía fronteriza participaron en violaciones, violaciones en grupo, cacheos abusivos y abusos sexuales en al menos nueve localidades del distrito de Maungdaw.

Supervivientes y testigos citados por HRW han afirmado que los implicados llevaron a cabo sus acciones en grupo, llegando a amenazar a varias mujeres a punta de pistola mientras eran violadas. "Estos ataques horribles contra mujeres y niñas rohingya por parte de las fuerzas de seguridad agregan un nuevo y brutal capítulo al largo y enfermizo historial de violencia sexual contra las mujeres por parte del Ejército de Birmania", ha dicho Priyanka Motaparthy, investigadora sobre Emergencias de HRW.

"Los comandantes del Ejército y la Policía deben ser hechos responsables de estos crímenes si no hicieron todo lo que estaba en su mano para detenerlos o castigar a los involucrados", ha recalcado.

Los investigadores de HRW han entrevistado a 18 mujeres, once de las cuales habían sufrido abusos sexuales, y diez hombres entre diciembre y enero, lo que ha permitido a la organización documentar 28 incidentes de violación o abusos sexuales.

Muchas de las entrevistadas han relatado cómo soldados rodearon sus localidades, reunieron a los residentes, separando a hombres y mujeres, y les detuvieron durante horas. En este proceso, mataron a tiros a varios y violaron a mujeres y niñas.

"Reunieron a todas las mujeres y empezaron a pegarnos con varas de bambú y a patearnos con sus botas. Tras agredirnos, el Ejército nos llevó a mí y otras 15 mujeres de mi edad y nos separaron. Los soldados me violaron uno a uno, desgarrando mi ropa", ha dicho Ayesha, de unos 20 años de edad.