Alepo a vista de dron antes y después de la guerra. La devastación es total en una de las ciudades más disputadas de la guerra siria. "Era la capital económica del país, estaba muy conectada con Turquía y era el principal bastión que conservaban los rebeldes", explica Ignacio Álvarez-Ossorio, coordinador de Oriente Medio en la Fundación Alternativas.

Desde 2012 controlaban la parte este de la ciudad que han ido perdiendo en favor del bloque del régimen, reforzado por el apoyo de Rusia e Irán. Assad, Moscú y Teherán actúan en conjunto, mientras que los rebeldes están descoordinados.

"Esa amalgama de grupos rebeldes son de perfiles muy distintos: hay nacionalistas, demócratas, islamistas de distintos niveles de radicalidad y grupos criminales que se disfrazan con una cierta capa ideológica", asegura el codirector del Instituto de Estudio de Conflictos, Jesús Núñez.

En los últimos tiempos los sectores más radicales han ido ganando protagonismo. También tienen ayuda fuera, pero los países que les apoyan tienen agendas contradictorias. "Los patrocinadores de los rebeldes son las potencias regionales del entorno: Turquía, Arabia Saudí, Qatar...", afirma Álvarez-Ossorio.

Como siempre, en medio de la contienda queda la población civil. "Todos los actores combatientes han violado todos los derechos humanos. El régimen ha utilizado la inanición y el asedio y otros han utilizado esa población como escudos humanos", cuenta Jesús Núñez. Civiles que siguen atrapados. Ahora, a la espera de que ambos bandos apliquen los acordado para evacuarles de las zonas sitiadas.