El 32% de los españoles admite que no pueden permitirse económicamente calentar sus hogares, según un estudio publicado este jueves por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). El informe también revela que entre el resto de encuestados que sí pueden permitirse calentar sus casas, solo un 16% de ellos aceptaría el tope máximo de 19 grados de la calefacción que el Gobierno requiere a edificios públicos, transportes, empresas y tiendas, a fin de fomentar el ahorro energético durante el invierno.
Esta cifra contrasta con la que registran otros países del entorno comunitario, como Francia o Italia, donde un 47% y un 32% de los encuestados, respectivamente, sí estaría abierto a aceptar un eventual tope de sus gobiernos a la temperatura de los calefactores de las casas particulares.
Respecto a las soluciones posibles para frenar la escalada de los precios de la energía, la opción de que el Gobierno español baje, en primer lugar, los impuestos sobre la electricidad es la respuesta que más apoyo suscita entre los encuestados (un 42%), seguida de otras propuestas como la limitación de los precios del gas, el petróleo y el carbón (33%) o el fomento del ahorro energético mediante la puesta en marcha de campañas de concienciación públicas (16 %).
Asimismo, el 63% de los españoles consultados también reclama que los precios de la energía dependan directamente del consumo, de modo que quienes tengan un consumo mayor paguen más en sus facturas, según indica la encuesta del BEI, realizada este agosto con una muestra de más de 28.000 personas de todos los países de la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Estados Unidos y China.
Con todo, dos de cada tres españoles (el 69%) creen que la invasión rusa de Ucrania y los efectos de la guerra en la subida de los precios de la energía deben suponer un impulso para acelerar la transiciónecológica y, en este sentido, el 70% de los encuestados también pide a las autoridades que impongan más sanciones a las actividades contaminantes, con el objetivo de compensar su coste medioambiental.
Precisamente, por lo que respecta a las prioridades energéticas, la mitad de los ciudadanos encuestados (el 50%) prefiere que el Gobierno se centre en impulsar la expansión de las renovables, mientras que el 31% considera más urgente que el Ejecutivo trabaje para diversificar el suministro energético, a fin de no depender de un solo país proveedor.
El estudio del Banco Europeo de Inversiones constata, pues, que la preocupación por el cambio climático está subiendo entre los españoles: un 39% de los ciudadanos lo consideran un desafío principal ahora en 2022, mientras que en el sondeo del pasado año 2021 solo lo pensaban un 29% de las personas encuestadas, lo que supone un aumento de diez puntos porcentuales.
Sin embargo, la máxima inquietud de los españoles sigue siendo el paro, ya que este 2022 un 56% de los encuestados cita al mercado laboral como su principal preocupación, frente al 45% de media en el conjunto de los países encuestados.
La publicación de este estudio por parte del BEI, cuya misión es financiar inversiones que promuevan los objetivos climáticos fijados por la UE, llega a las puertas de la celebración, este noviembre, de la Conferencia sobre el Clima de Naciones Unidas en Egipto, donde los mandatarios de todo el mundo tratarán de buscar soluciones para abordar este desafío medioambiental.
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