El interior de un coche puede guardar muy buenos recuerdos, pero la mala situación económica ha llevado a muchos de sus dueños a olvidarlos en las calles. En algunos casos son inmigrantes que han tenido que volver a su país de origen y otros son ciudadanos que son incapaces de hacer frente a los gastos del vehículo por la situación económica que se está viviendo.

Este abandono de coches puede traer muchas repercusiones a sus dueños, ayuntamientos y ciudadanos. Desde que se comienza la búsqueda del dueño hasta que el vehículo se considera abandonado pueden pasar hasta seis meses. Finalizado este proceso en el que no se consigue encontrar al propietario, es cuando se procede a la retirada del automóvil.

Los vehículos acaban en depósitos municipales, pero cada vez se encuentran más llenos y los ayuntamientos se ven obligados a buscar soluciones. Esto ha ocurrido en el municipio de Culleredo, en A Coruña, que han tenido que ampliar el depósito con una nueva nave para la retirada de estos coches.

En el caso de recogida de vehículos del depósito municipal, se fija en 51 euros por turismos y furgones y en 15,5 euros por motocicletas y ciclomotores. Si se recogen de la vía pública, son de 31 y 10 euros respectivamente. Muchos de ellos se encuentran en buenas condiciones e incluso son de alta gama, pero en estos momentos de crisis no hay distinciones.

Los ciudadanos lo tienen claro, y si la crisis no permite tener un coche por los gastos que acarrea, hay que prescindir de tener un vehículo para poder comer. Así lo entiende el alcalde de Culleredo ya que "es la situación real y muchos ciudadanosestán en riesgo de exclusión".

Aunque los vecinos pueden verse muy perjudicados por el abandono de estos coches, ya que los aparcamientos que ocupan los vehículos abandonados no permiten al resto de vecinos disponer de una plaza para aparcar, llegando a tener que alquilar una plaza de garaje.