Santiago Herrero se marcha. No optará a un cuarto mandato después de destaparse el escándalo inmobiliario que azota a la patronal andaluza, la CEA.

Su nombre ha aparecido en la denuncia -por presunta estafa- que han presentado siete empresas suministradoras que participan en la construcción de  viviendas de protección oficial promovidas por una fundación vinculada a la CEA.

Hoy el economista señala cómo el presidente de la CEOE, Juan Rosell, habría exigido al patrono andaluz dejar el cargo.

La CEOE querría evitar así cualquier asunto turbio después de que el último de sus presidentes, Díaz Ferrán, acabara en la cárcel.

Los afines a Herrero niegan cualquier presión. Lo hace por ejemplo Miguel Sánchez, miembro de la Junta Directiva de la CEA: "Es una decisión que ha tomado él y que no tienen nada que ver, nada, nada con lo que se ha publicado en la prensa".

Incluso, según el economista, Herrero le habría dicho a Rosell que si pedía su dimisión también se la debería pedírse al presidente de la patronal madrileña por sus millonarias deudas con Hacienda.

En la patronal andaluza ya suena un sucesor. Podría ser Javier González de Lara: "Estoy siempre a disposición de la CEA y de los retos que se marquen".

A quienes ni les va ni les viene esa sucesión en la CEA es a las decenas de familas que siguen esperando sus pisos. Hace cinco años ya de la promesa de entregarles la vivienda en el tiempo comprometido pero nada de nada. Siguen sin poder entrar a sus casas de protección oficial.