El Corte Inglés ha despedido a su presidente, Isidoro Álvarez, artífice del periodo de máxima expansión del grupo de distribución, mientras se prepara para iniciar mañana el proceso de sucesión que dibujará su próxima etapa. Numerosas personalidades, empresarios y políticos se han acercado durante la tarde de ayer y la mañana de hoy hasta la capilla ardiente de Isidoro Álvarez, fallecido tras permanecer días ingresado por una insuficiencia respiratoria, para dar sus condolencias a la familia.
Esta misma tarde, Álvarez ha sido enterrado en la Real Iglesia Parroquial de San Ginés, en Madrid, en una ceremonia religiosa y privada que ha contado con la presencia algunas personalidades del mundo de la política, la economía y la sociedad.
Isidoro Álvarez heredó la presidencia de su tío Ramón Areces y, desde entonces, se dedicó a expandir y diversificar el negocio hasta convertirlo en la referencia de la distribución en España. Con su muerte se abre una nueva etapa para El Corte Inglés, que estará previsiblemente protagonizada por dos hombres: Dimas Gimeno, sobrino del presidente, y Manuel Pizarro, adjunto de este desde el pasado año.
De hecho, el Consejo de Administración del grupo prevé reunirse mañana con el objetivo de nombrar un nuevo presidente, un cargo para el que Gimeno parte como favorito dada la naturaleza familiar de la empresa y los movimientos corporativos realizados en los últimos meses.
Como Álvarez, Gimeno es parte de la familia y ha estado vinculado a El Corte Inglés desde hace años, dos factores que le sitúan en una posición privilegiada y que se refuerzan con su nombramiento como consejero director general el pasado año. Junto a él, otra pieza clave para el futuro de la empresa es el político y empresario Manuel Pizarro, adjunto a la presidencia desde julio y consejero desde hace menos de un mes, con competencias en principio limitadas al área financiera.
En cualquier caso, el gran reto que enfrenta la compañía es consolidar el legado de Álvarez y acelerar su expansión internacional. Por la muy concurrida capilla ardiente, ubicada en la Fundación Ramón Areces y en la que se han formado colas de decenas de metros en algunos momentos de la mañana, han desfilado políticos, empresarios y personalidades del mundo de la cultura. Así, esta mañana se ha despedido de Álvarez la infanta Elena, única representante de la familia real que se ha dejado ver a su entrada en la capilla ardiente, así como varios ministros.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha subrayado que "fue capaz de meter a El Corte Inglés en la vida diaria de los españoles", y la titular de Empleo, Fátima Báñez, ha destacado que fue "un gran empresario, un referente" que "siempre apostó por la modernización de la empresa".
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha lamentado "una inmensa pérdida para el mundo de la universidad, de la ciencia y de la investigación en España", mientras que el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha acudido sin ofrecer declaraciones. También han expresado su pésame otros políticos, como la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega o los exministros Rodrigo Rato, Carlos Solchaga y Elena Salgado.
En el ámbito empresarial, el presidente de Mercadona, Juan Roig, ha alabado a Álvarez como "una gran persona, muy trabajadora y honesta", al igual que el presidente de Telefónica, César Alierta, quien ha lamentado la "gran pérdida" de quien "ha sido un modelo para el mundo empresarial". También han dado su último adiós otros empresarios como el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, o el de Inditex, Pablo Isla, así como numerosas personalidades de otros ámbitos, como el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, el actor Arturo Fernández o el grupo musical Los del Río.