Cinco ovejas pastan sobre un smartphone en la cubierta de Así se somete a una sociedad. Tantos los animales como el pasto que simulan comer son falsos. Un resplandor verde, como el de un reactor nuclear a punto de explotar, nos indica una supuesta familiaridad que se pierde en el mundo digital. Nosotros también formamos parte de un rebaño que intenta sobrevivir, sin mucho éxito, en una era donde nada es lo que parece realmente.

Mar España sabe bien todo esto. Como directora de la Agencia Española de Protección de Datos se encargó de poner especial énfasis en la protección de la infancia y adolescencia. Aquellos años responden a los de "mayor plasticidad del cerebro", explica la autora. nada más empezar nuestra entrevista lanza datos capaces de dejarnos boquiabiertos. "Hay niños de 11 años consumiendo pornografía dura", y añade: "Es un daño irreversible".

Basura digital

Para España, la tecnología no es algo dañino en sí mismo, no aboga por el regreso a una vida analógica alejada de pantallas. Sino por un consumo más controlado y responsable, haciendo hincapié en desarrollar mejores hábitos. De la misma forma que nos negamos a "comer comida basura, tampoco debemos consumir comida basura digital".

De la misma forma que nos negamos a "comer comida basura, tampoco debemos consumir comida basura digital"

En medio de los círculos viciosos, la dopamina fácil en cada click y demás estrategias de captación, el coste es más elevado de lo que podemos pensar: "Estamos entregando nuestra salud física, nuestro tiempo, la conexión con nosotros y lo que es más grave: nuestra libertad".

Nuestros cerebros en juego

Sobre esto último, España hace hincapié en el que fue su principal ocupación en la AEPD. Menciona su trabajo junto al neurobiólogo Rafael Yuste en el análisis de las 30 principales empresas tecnológicas estadounidenses. Los resultados de aquella investigación arrojaron conclusiones escalofriantes: "De las 30 empresas, 29 estaban vendiendo esos datos cerebrales a terceras empresas, se podían crear avatares cerebrales de nuestro propio cerebro".

Aquellos avatares sirven a un propósito claro: entender mejor lo que queremos para que dichas empresas sean más eficientes a la hora de inducirnos a la búsqueda de placeres efímeros. En el marco del todo vale que impera en internet, España aboga por la autorregulación de las empresas y por un marco legal mejor coordinado entre Gobierno y autonomías.

Salud, tiempo y conexión

Una preocupación que debe ser tratada desde la infancia y de la que advierte que "dar un smartphone con barra libre digital a un niño" debería estar "igual de mal visto que facilitarle drogas o alcohol". Y aprovecha para lanzar un mensaje directamente a los padres: "Cuatro de cada cinco consume porno duro. Tenemos que conseguir que los padres sean conscientes de que está afectando al desarrollo neurológico de sus propios hijos".

"Dar un smartphone con barra libre digital a un niño debería estar igual de mal visto que facilitarle drogas o alcohol"

Para mejorar nuestra relación con las tecnologías, en Así se somete a una sociedad explica algunos ejercicios con los que podemos mantener a raya el alargado espectro de la adicción a las tecnologías. Tenemos que volver a conectar con nosotros mismos y con las personas que nos rodean.

La autora denuncia que este último aspecto cada vez se ha alejado más de nuestro día a día, acostumbrados a comunicarnos a través de dispositivos móviles.

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