Pero claro, acaban de empezar. “No se puede sacar la media de lo que vas a recorrer en una maratón en el primer kilómetro”, defiende Mikel Echavarren, consejero delegado de IREA.

La Sareb asegura que está cogiendo “ritmo de venta” y que no está preocupada. La agencia internacional Fitch, sí que lo está. Dice que no tiene claro cuánto tardará el banco malo en quitarse todas las propiedades, su principal objetivo. El problema es que choca frontalmente con el otro: conseguir dinero.

Para Juan Ángel Hernández, de estrategiasdeinversion.com, “pretender vender un piso un 25% más caro cuando llevamos cinco años de caída y la economía está como está, me parece una desfachatez”.

Otro problema es que a los propios accionistas no les interesa ni tirar los precios, ni vender rápido. “A la banca, que está metida como accionista, lo que le interesa es que la sareb no venda muy rápido. Para ellos poder vender sus pisos más rápido”, asegura Hernández.

La sareb tiene 80.000 pisos, pero este peso no se nota en el sector. “A día de hoy no está marcando el ritmo del sector inmobiliario, pudiendo hacerlo por el volumen y las condiciones  que tiene”, dice Pedro López, de la asociación de Expertos Técnicos Inmobiliarios.