El líder de Nueva Democracia sigue su ronda de contactos para intentar formar Gobierno. Este sábado recibirá a la dirigente socialista del PASOK, y el viernes hizo lo propio con el líder de To Potami. Son sus dos aliados naturales, pero este tripartito no podría formar Gobierno.

Con la actual composición del hemiciclo, a Meimarakis no le salen las cuentas. Ni siquiera sumando los diputados de Pasok y To Potami llegaría a los 151 escaños que marcan la mayoría absoluta. Si, como parece, Meimarakis no obtiene apoyos suficientes, el balón pasará al tejado de Unidad Popular, el nuevo grupo parlamentario escindido de Syriza.

Panayotis Lafazanis, líder de Unidad Popular y exministro de Syriza, explica que "su principal objetivo es cancelar el rescate", una postura que limita su escenario de pactos a los comunistas con los que sólo sumarían 40 escaños.

Todo apunta a las elecciones anticipadas en las que, según las encuestas, Syriza parte como favorito, pero podría no obtener mayoría absoluta haciendo imprescindibles los pactos. "Va a tener tres opciones: reeditar pactos con la derecha, dar un viraje al centro con To Potami o pactar con sus antiguos correligionarios", asegura el analista Vidales.

Las aspiraciones de Tsipras dependen en buena parte de cuántos votos le reste ese nuevo partido escindido de Syriza. Unidad Popular lo sabe, y por eso está cortejando a rostros populares como la expresidenta del Parlamento o el carismático exministro de finanzas Yanis Varoufakis.

"En función de quién sea el cabeza de lista las expectativas van a ser mejores por lo que respresenta por ejemplo Varoufakis, que es la cara visible del Gobierno griego que se ha estado batiendo el cobre eurogrupo tras eurogrupo para conseguir un mejor acuerdo para Grecia", asegura Adrián Vidales. De momento, Varoufakis no se ha pronunciado al respecto.