La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) de Madrid y Fenadismer, que junto con otras organizaciones empresariales han convocado el cierre patronal de los próximos lunes, martes y miércoles 20, 21, y 22 de diciembre, han organizado una manifestación de camiones por las calles de Madrid y otras ciudades españolas para este miércoles 15 de diciembre que tiene previsto finaliza frente al Ministerio de Transporte para exigir avances en la negociación que mantiene la Patronal con el Gobierno. Denuncian que se encuentran en una situación de total indefensión.
Es lo que lamentan trabajadores como Jesús Herrero, que lleva 35 años como transportista. "Pedimos el gasoil profesional para los furgones ligeros porque es insostenible cómo está su precio, no podemos ni trabajar ni dar servicio a las empresas. En la pandemia éramos los número uno, y ahora no somos nada. Volvemos a lo mismo", ha destacado Herrero, que ha añadido: "Con estos sueldos no podemos existir. Nadie quiere este legado y se acaban los transportistas".
La patronal se encuentra actualmente negociando con el Gobierno, con el que ya ha mantenido varias reuniones para evitar el paro en el sector, pero lejos de calmar la protesta las organizaciones empresariales han amenazado con convertir este cierre en indefinido. No obstante, no todas las patronales representadas en el Comité Nacional del Transporte de Mercancías, que es el que ha convocado el paro de la semana que viene, secundan la manifestación de este miércoles.
En concreto, además de CETM, solo la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) ha tomado partido en esta 'marcha lenta de camiones'. Otras, como la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), la Federación Independiente de Transportistas (Feintra), la Federación Nacional del Transporte por Carretera (Fetransa) o la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET), entre otras, que sí han convocado el cierre de la semana que viene al formar parte del Comité, no se han sumado a la marcha de este miércoles.
Por otra parte, los sindicatos también han advertido de que llevarán a cabo movilizaciones si el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y las patronales no se sientan con ellos a resolver los principales problemas del sector. La secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, ya ha defendido que el Gobierno ha dado solución a todas las reivindicaciones que la patronal de los transportistas ha pedido. Aunque todavía no ha detallado cuáles son las propuestas concretas, sí ha dicho que se trata de un paquete de diez medidas que marcan "un hito histórico" en la regulación del sector.
Según el documento, que es el que se negoció en la segunda de las reuniones que han tenido lugar desde la convocatoria del cierre patronal, se limita al máximo que la carga y descarga la hagan los camioneros o que asuman el incremento de los carburantes, aunque no los prohíbe. No obstante, las negociaciones han seguido su curso y, según las fuentes consultadas, el Gobierno ya habría dado un paso más, prohibiendo que estas prácticas tengan lugar. Sin embargo, la parte empresarial sigue defendiendo que las propuestas son insuficientes.
Problemas en el sector
El principal problema es que el sector está muy atomizado, con muchos autónomos y pymes sin capacidad de negociación, lo que explica que los camiones hagan la carga y descarga o asuman el coste del diésel, prácticas que se ha generalizado en los almacenes para ahorrar costes en la contratación de mozos de carga. Fuentes del Ministerio explican que existe un conflicto de índole privada entre los camioneros y los cargadores, ya que, en búsqueda de una ventaja competitiva de unas empresas de transportes frente a otras, para conseguir el contrato los transportistas cierran acuerdos con los cargadores que establecen que el camionero realice esta carga y descarga.
Algo parecido ocurre con los carburantes. Los transportistas pueden establecer una cláusula de revisión de precios, pero suelen renunciar a ella para ganar una ventaja competitiva, por lo que acaban ellos asumiendo la gran subida que está experimentando el diésel. En tercer lugar, las patronales, y en esto también coinciden los sindicatos, reclaman áreas de descanso seguras y vigiladas en las carreteras. El cuarto problema es el derivado de los futuros peajes. En lo que sí se ha comprometido el Ejecutivo es en que no se aplicará ningún peaje sin el consenso del sector, todo ello, no obstante, vinculado a que los transportistas desconvoquen el cierre de la próxima semana.
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