Los hogares que ingresan menos de 1.000 euros al mes han caído al mínimo histórico. Han pasado de casi un 26% del total en 2013, en lo peor de la crisis, o un 20% en 2017, cuando aún gobernaba el PP, a menos del 15%. El motivo principal: la subida del salario mínimo a 1.000 euros. Las rentas suelo han subido un 35% en cuatro años, desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa.
Pero la inflación se está comiendo esa mejora de nivel salarial. Según los expertos, la subida de los precios ha costado a los bolsillos de los españoles 1.500 millones de euros solo en el primer trimestre. Las ayudas del Gobierno a las rentas más bajas como el Ingreso Mínimo Vital han contribuido a reducir los hogares por debajo de este umbral. También la recuperación del empleo y el afloramiento de la economía sumergida.
Además, las familias que ingresan más de 2.000 euros mensuales o más también experimentan, en su caso, un máximo histórico. Por primera vez son más de la mitad. Ha influido que sectores donde los salarios son más altos se hayan comenzado a movilizar y pedir mejores condiciones. Si miramos la renta intermedia, entre 1.500 y 1.999 euros vemos que está estabilizada en torno al 16%. Pero los economistas opinan que vamos hacia un mundo más desigual.
La inflación en junio alcanzó más del 10% impulsada por carburantes y alimentos, con la subyacente -que excluye productos frescos y los energéticos- al alza, indicando un posible alza de precios de segunda vuelta. Motivada no solo por salarios, sino también por los beneficios empresariales. Porque las rentas crecen muy por debajo de la inflación mientras se mantienen los beneficios de las compañías, que trasladan los costes a los precios. Según el deflactor del PIB, los márgenes empresariales aportaron un 106% a la subida de precios frente al 3% de los sueldos.
Algunos sectores, como el energético, han aumentado sus beneficios más de un 60% en el último año y el financiero, más del 25%.
Consejo de Agricultura y Pesca
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