El matrimonio de Loli y Antonio nunca pensó que un sonotone podría terminar dejándoles sin casa. El padre de Loli pidió dinero a un prestamista para comprarse un audífono, se retrasó en los pagos y su hija acudió al rescate. “Vas allí confiada de que vas a solucionar un problema y ellos te tranquilizan, pero te hacen pasar una tortura”, lamenta Loli.
Los usureros terminaron enredando en una maraña de préstamos a la familia hasta despojarles de su casa.“Hasta que no consiguieron quedárselo con todo no pararon”, denuncia Antonio.
Habían caído en la trampa de Miguel Latorre y Juan Inglés, dos usureros tristemente famosos en Murcia. Isabel, que fue desahuciada por culpa de estos prestamistas dice que siguen actuando impunemente: “Siguen dando todavía prestamos, tienen sus propiedades que no pueden disponer de ellas y siguen haciéndolo". Por ello todos piden a la Justicia y a los políticos, que dejen de hacer oídos sordos.