En Galicia, y más concretamente en Santiago de Compostela, la cifra de extranjeros llegados en 2014 ya es casi de 55.000, algo inédito a estas alturas del año. Alexia Benlloch, del Albergue Cabo da Vila afirma que han tenido turistas de casi todos los lugares durante este año.

En el camino encuentran la mejor de las experiencias y aventuras que no se olvidan. Este tirón internacional ha traído consigo una guerra para captar a los peregrinos en los albergues. Varios hosteleros denuncian algunas de las malas prácticas. Enrique Ferrezuelo, Albergue de Paz: “Hay muchos captadores que son medio agresivos. Como si estuviéramos en Marruecos”

El elevado número de albergues que existe en algunos puntos, como en Fisterra, aumenta la competencia. Entienden que se busque el éxito del negocio, pero avisan, no debe ser a cualquier precio. “Si pagas 8 euros será de menos calidad”, declara Alexia. “No siempre voy a los más baratos porque a veces están sucios y no son bonitos.”, explica una peregrina inglesa.

Pese a todo, los hosteleros esperan que la oferta de unas instalaciones acogedoras y de calidad siga siendo el mejor reclamo para los peregrinos.