Rafa Nadal sigue paso a paso acercándose a una retirada inevitable que su cuerpo no le está dejando ser como le gustaría. Y su despedida en Madrid ha sido emotiva, tras caer en octavos de final ante el checo Jiri Lehecka (5-7 y 4-6), en el que pese a la derrota, ha sido uno de sus mejores partidos desde su vuelta esta temporada.

Cuando, con 5-4 abajo en el segundo set, Nadal se dispuso a restar, el recinto enloqueció bajo el grito de 'sí se puede'. Y aunque no fue, cuando el balear envió la bola fuera que finalizaba el partido, la Caja Mágica coreó el tradicional 'Raaaafa, Raaaafa' y se preparó para lo que todos esperaban, un homenaje.

Y así fue. Con la pista decorada con los cinco títulos que ha logrado Nadal en Madrid y vídeos de sus grandes momentos mostrados en la Caja Mágica, el manacorí tomó la palabra para bromear con un amago de vuelta el año que viene: "Que era una broma, que el año que viene vuelvo...".

La decoración de la Caja Mágica para la despedida de Nadal

Sin embargo, la broma fue eso, una broma. Porque pese a resaltar que todavía no es su retirada, Nadal sí ha apuntado que ha sido su último partido en el torneo de la capital española: "El cuerpo me ha dado señales de que este día tenía que llegar y me alegro de haberlo podido hacer sobre la pista. La historia no se ha acabado, pero aquí en Madrid sí es la última vez".

"Ha sido una semana muy especial para mí, he tenido la oportunidad de volver a jugar en esta pista, que me ha dado tanto. Sinceramente, lo único que puedo hacer es dar las gracias. El viaje empezó cuando era muy pequeñito y desde entonces el apoyo ha sido incondicional", afirmó.

Eso sí, Nadal quiso evitar las lágrimas volviendo a resaltar que su retirada todavía está algo más lejos: "Me he emocionado por dentro, me ha faltado poco para emocionarme más pero no quería un mar de lágrimas porque no he terminado. Ha sido una noche emocionante para mi a más no poder pero no es el momento de dejar ir lo que llevo dentro a nivel de emociones y sensaciones. Me queda un camino por recorrer y no quiero soltar esa adrenalina".

"Ha sido una noche emocionante. Nunca me ha fallado esta gente. Lo que me ha hecho sentir esta gente es algo que se va a quedar para mí para siempre. Lo he disfrutado. Hace tres semanas no sabía si podía jugar un partido oficial y he podido hacerlo en la pista con un nivel bastante decente. A nivel tenístico y a nivel emocional lo he podido hacer. Esta ciudad me ha ayudado de manera decisiva en mi carrera, me llevo energía positiva un recuerdo inolvidable. No sé si será la última vez que juegue en España, no se si habrá otra opción o no y si ha sido la última ha sido un gran recuerdo", dijo.

Y pese a la derrota, Nadal también ha apuntado que su físico está mejor de cara a lo que pueda deparar Roma y Roland Garros, en principio las próximas paradas: "He dado pasos adelante en todos los sentidos y veremos si soy capaz de consolidar esos avances. Llegué con dudas y me voy con menos dudas. He jugado un partido con un rival que ha estado a nivel altísimo y he estado competitivo. Mi primer set para mi ha sido el mejor desde que he vuelto a competir. Me voy satisfecho en todos los sentidos, mejor de lo que había podido esperar", reconoció Nadal.

"Cuando la gente se emociona no es solo por el tema deportivo. Siempre he intentado ser respetuoso y amable y en la pista tener un comportamiento adecuado y creo que lo he logrado en la mayoría de las veces. Ellos me quiere en cualquier caso y si se emociona gente no tan cercana para mi es una satisfacción muy grande más allá de lo que yo considero que tiene valor en la vida, más allá del deporte. Espero al menos no haber sido un al ejemplo para las nuevas generaciones que me han visto", concluyó.