Intarat Yodbangtoey, presidente de la federación de halterofilia de Tailandia, suspendida por continuos casos de dopaje, ha asumido la presidencia interina de la Federación Internacional (IWF) tras desalojar del puesto a la estadounidense Ursula Papandrea.
Yodbangtoey, también presidente en funciones de la confederación asiática, era el primer vicepresidente de la IWF. Fue señalado como uno de los responsables de prácticas corruptas en el informe sobre irregularidades en la IWF. Y, a pesar de ello, ha sido nombrado presidente.
Estos movimientos llegan cuatro días después de que el presidente del COI, Thomas Bach, manifestase "la honda preocupación" del organismo por la falta de avances en la IWF en materia de gobernanza.
Según la web especializada en olimpismo 'insidethegames', el rumano Nicu Vlad, miembro del Ejecutivo, habría convocado una reunión de urgencia del Ejecutivo, sin contar con Papandrea. Durante la misma, se acordó retirar a la estadounidense del puesto y sustituirla por Yodbangtoey.
La nueva presidenta encargó un informe al abogado canadiense Richard McLaren, que ya había investigado la trama rusa de dopaje, que aportó pruebas de que la IWF fue durante el mandato de Aján "un nido de corrupción al más alto nivel". Compra de votos, cuentas ocultas, encubrimiento de 40 casos de dopaje "incluyendo a medallistas mundiales" y desvío masivo de fondos en beneficio propio, con 10,4 millones de dólares fuera de control, fueron algunas de las prácticas que McLaren atribuyó a Aján -que antes había sido secretario general durante 24 años- en su informe.
Precisamente este documento aludía a Yodbangtoey, nuevo presidente de la federación, como uno de los responsables de repartir sobornos entre los miembros de la asamblea de la IWF. Por ello, la noticia de su 'ascenso' ha provocado un auténtico escándalo en la halterofilia.