Muchos deportistas de élite tienen mucha presión encima y si los resultados no van acorde a lo que se espera de ellos pueden acabar teniendo problemas de confianza, autoestima e incluso depresión.

Es el caso de Michael Phelps. El nadador olímpico ya hizo público que en 2012 cuando anunció su retirada estaba en uno de los peores momentos se su vida. Sin embargo, unos años mas tarde parecía haber logrado salir adelante y volvió a la competición coronándose de nuevo como campeón olímpico en Río 2016 pero la enfermedad no había desaparecido, tan solo había mejorado.

"Había una parte de mí que no quería estar viva", confesó sobre su situación en 2012. La mujer de Phelps, Nicole, ha hablado de ello para 'Today' y ha explicado que la muerte de Kobe Bryant fue un punto clave para ella: "Después de que Vanessa perdió a Kobe, todo lo que pude hacer fue mirar a Michael y decir, '¿Podemos ayudarte? Porque si te pierdo, no sé qué voy a hacer'".

También ha hablado de cómo llegó a Río y que aunque la gente piense que ya estaba totalmente sano, no era así. "Esta enfermedad nunca desaparece. La historia ha sido siempre la misma: 'Michael Phelps ha tenido depresión, la ha superado tras someterse a tratamiento, ha recogido un abanico de oros olímpicos en Río y ahora todo será perfecto'. Ojalá fuera cierto. Creer eso es caer en la ignorancia", ha explicado.

Nicole ha querido recordar que la depresión es una enfermedad grave y que necesita ayuda profesional, ella misma cometió el error de pensar que podía solucionarlo: "Solía pensar que podía arreglarlo, ser su terapeuta, lo que él necesita. Pero lo que he aprendido es que no puedes responsabilizarte por cómo se siente, no importa cuánto le quieras".

Lo que sí se puede hacer es pedir ayuda a los profesionales para que te enseñen cómo ayudar a una persona con depresión, algo que ella misma ha hecho. "Me han proporcionado las herramientas para poder ayudar a Michael correctamente", ha asegurado Nicole.