Por cuarta vez en su carrera, Luka Modric y Christian Eriksen volverán a verse las caras sobre el terreno de juego. El jugador del Real Madrid y el del Tottenham, pertenecientes a dos generaciones distintas, son los metrónomos de Croacia y Dinamarca que intentarán guiar a sus equipos hacia los cuartos de final del Mundial de Rusia.

Eriksen ya es una realidad. Es un jugador de clase mundial, todavía joven pese a que lleva una eternidad en el fútbol profesional. Tiene 26 años y desde los 17, cuando comenzó su carrera en el Ajax, suma casi una década en la elite del fútbol. Y, ahora, en el Tottenham, es un jugador hecho que apunta a clubes de primera categoría planetaria para dar un paso más en su carrera.

Es justo lo que hizo Modric en 2012, cuando se marchó del Tottenham para jugar en el Real Madrid, donde se ha convertido en una pieza clave de un club que ha ganado cuatro de las últimas cinco Ligas de Campeones.

Sin Modric en el Real Madrid, por mucho Cristiano Ronaldo que adoren las masas, el club blanco tal vez no habría ganado todo lo que ha ganado. Eriksen aspira a dar ese salto de calidad y seguir los pasos del mago balcánico. Ya ha conseguido llenar el hueco que dejó vacío Modric en el Tottenham y es el dueño del centro del campo del club inglés.

El jugador croata se marchó del conjunto londinense en la temporada 2012-13 y el danés llegó en la 2013-14 después de cinco cursos en el Ajax en los que moldeó su talento.

Modric, a poco más de dos meses de cumplir 33 años, apura sus opciones de hacer algo grande al frente de Croacia. Siempre se quedó en la orilla del éxito. Nunca defraudó con su selección, pero tropezones inesperados acabaron con sus ilusiones de conseguir algo grande.

De momento, es uno de los mejores del Mundial. Ha brillado en todos los partidos, sobre todo ante Argentina, que en la segunda parte sufrió el ciclón del jugador croata. Un par de goles y su juego elegante, práctico y acompasado son sus credenciales antes de verse las caras con Dinamarca.

Eriksen no se queda atrás. Su juego no ha pasado inadvertido y todo lo que se exigía de él ha salido a la luz. El pase ha sido su principal virtud, no abusa mucho de la pelota, la suelta rápido y bien, ha influido en el juego de su equipo desde la media punta, tiene una depurada técnica individual, un control orientado perfecto y un cambio de ritmo privilegiado.

Como Modric, puede jugar organizando el juego o un poco más arriba, cerca del último pase. Y, como Modric, ha sido la sensación de su selección en los tres primeros partidos de la selección danesa. En breve, el jugador que sucedió a Modric en el Tottenham y uno de los favoritos de Mauricio Pochettino, tendrá que superarse a sí mismo para conseguir eliminar a Croacia, una de los mejores equipos del Mundial hasta el momento.

Por ahora, en tres enfrentamientos ante Modric, uno con el Ajax y dos con el Tottenham, ha perdido dos y empatado otro. Pero Eriksen no sólo tendrá que superarse a sí mismo, también tendrá que conseguir anular a su gran referente, Luka Modric, un maestro que aún quiere dar lecciones a su mejor discípulo.

El croata, aún no quiere pasarle el testigo. La historia espera a Croacia, pero Eriksen es la principal amenaza para uno de los referentes mundiales del planeta fútbol.