Un auténtico bunker. En eso se ha convertido la familia Schumacher desde el accidente esquiando de Michael, siete veces campeón del mundo de la Fórmula 1. Silencio y más silencio.

El Kaiser esquiaba en la estación de Meribel, en los Alpes franceses, cuando sufrió una aparatosa caída y posterior golpe contra una roca. Desde entonces su estado de salud ha sido una auténtica incógnita, con apariciones de miembros de su familia sin llegar a concretar cómo se encontraba.

Tras caer en coma en diciembre de 2013, en junio de 2014, seis meses después, despertó. Sabine Kehm lo comunicó a los medios de comunicación: "Michael ha dejado el hospital universitario de Grenoble para continuar con su larga fase de rehabilitación. Ya no está en coma".

Jean Todt, quien fuera su jefe en Ferrari, y su mujer, Corinna, han hablado en numerosas ocasiones sobre el expiloto. Todt, de hecho, ha confirmado que ve la televisión junto a él.

El próximo 3 de enero Michael cumplirá 52 años, siempre rodeado por su familia durante su recuperación. Sus siete mundiales (dos con Benetton y cinco con Ferrari) siempre serán recordados en el 'Gran Circo'.

La llegada de Mick

El apellido Schumacher volverá a rugir en la Fórmula 1 a partir de 2021. Mick, el hijo pequeño de Michael, ha firmado con Haas después de conseguir el título en la F2. Una oportunidad de oro para el pequeño Schumacher, que se subió a monoplazas desde que era un bebé.

Bajo la atenta mirada de Ferrari, Mick afrontará su primera temporada en un equipo condenado a las últimas posiciones de la parrilla. Pero todo podría cambiar en el futuro. La gloria le espera. La gloria del apellido Schumacher.

"Me parece bien, no me molesta la pregunta ni las comparaciones. Mi padre es para mí el más grande", decía Mick, siempre preguntado sobre su padre.