España entera se echó las manos a la cabeza este domingo cuando en la segunda resalida tras la bandera roja provocada por Kevin Magnussen, Carlos Sainz tocó a Fernando Alonso por detrás y le dejó fuera de la pelea en la cabeza.

Segundos después, Pierre Gasly cerró la puerta a Esteban Ocon y los dos Alpine terminaron estampados en el muro, conllevando una nueva bandera roja.

Como no se había completado el primer sector, se reestablecieron los puestos de salida y a Alonso no le penalizó el choque con Sainz... pero la polémica estaba servida.

En rueda de prensa, Fernando no dudó en exculpar a su compatriota: "No sabía quien me había dado. Luego supe que había sido Carlos, pero no es que quisiera dar a nadie".

Eso sí, el problema para el asturiano fue la decisión de los comisarios: "Parecía que ya teníamos el podio y la bandera roja fue un poco sorprendente. Luego vino el toque, donde me quedé fuera de los puntos... Luego volvieron a meterme en los puntos, todo fue una montaña rusa de emociones en la última media hora".

"Sigo diciendo que no era necesaria. Había un coche parado en la curva 4 y para eso están los 'safety car', para ralentizar la prueba. Luego era una vuelta de carrera y como pasó en Silverstone, si hay un accidente se vuelve al orden anterior, al no haber pasado el primer sector...", añadió.

Retomando el toque con Sainz, explicó por qué cree que la sanción de cinco segundos fue "dura": "Había que repasar lo sucedido (las posiciones para el final), porque era injusto, yo no sabía quién me había tocado. Luego vi que era Carlos y que recibía penalización, seguramente también dura, porque cuando tiene las ruedas frías no vas a chocar contra nadie".

"Cuando sacas bandera roja por motivos de seguridad, y decretas resalida, con los 20 coches yendo a la primera curva, al final creas mas peligro, porque va a volver a suceder algo. Lo hablaremos (los pilotos) para la próxima carrera... Estoy contento por el podio, pero la última media hora fue confusa", zanjó Alonso.