Oliver Bearman firmó un brillante debut en Fórmula 1. Con apenas 18 años, el chaval se puso el mono de Ferrari para, tras tan solo probar el monoplaza en los Libres 3, estar cerca de llegar a Q3 y alcanzar un séptimo puesto en carrera, en la siempre exigente carrera de Arabia Saudí, por delante de pilotos como Lewis Hamilton o Lando Norris.

Sonriente estaba al final del Gran Premio. Sonriente, y agradecido, porque el joven quiso acordarse de Carlos Sainz y de lo que le dijo el madrileño a la hora de encarar la carrera saudí.

"Me habló sobre el procedimiento de salida. Estaba usando su volante", dijo tras su séptimo puesto en Jeddah.

Pero hubo más. Mucho más: "Me dio algún consejo. Me dijo que estaría en el muro ayudándome en la carrera".

"Me alegró mucho ver que se encuentra bien. Este resultado es también gracias a Carlos", sentenció Bearman.

El inglés, el más joven en competir con Ferrari en un Gran Premio de F1, fue aprendiendo conforme pasaban las vueltas en Arabia Saudí. Sin cometer un solo error, con el paso de las vueltas fue ganando confianza para un P7 en un fin de semana que no va a olvidar.