Sebastian Vettel ha tenido un amargo regreso a la Fórmula 1 tras superar el Covid que le tuvo apartado de los circuitos durante las dos primeras carreras en Bahrein y Arabia Saudí. El piloto alemán volvió a subirse a su monoplaza en los entrenamientos libres del Gran Premio de Australia pero no tuvo su día.

El de Aston Martin sufrió un pequeño incendio en su monoplaza durante la primera tanda de entrenamientos libres y tuvo que detenerse en mitad del trazado, sin poder terminar la sesión cuando apenas faltaban diez minutos. Él mismo pidió el extintor al comisario que le ayudó a apagar el fuego y, lógicamente, fue bandera roja.

Los problemas se le acumularon después de tomar la decisión de que era buena idea volver por la pista al 'pit-lane' en moto, sin permiso y con el caso sin abrochar y mal colocado, llegando a soltar las dos manos del manillar a la hora de conducir.

"Pregunté si podía volver tan pronto como supe que el monoplaza estaba a salvo en cuanto a no volver a incendiarse. La sesión terminaba y pregunté: '¿Viene alguien?' Y me dijeron: 'Sí, sí, en cuanto termine la sesión'. Y luego vino el tipo con la scooter y me dijo: 'Puedes subirte en la parte de atrás". "Le dije, '¿puedo conducirla yo?' Porque prefiero conducir yo mismo y me dio la scooter y le dije 'Está bien', y él contestó: 'Ve'. Y me fui", ha justificado el tetracampeón.

Pues bien, la Federación Internacional de Automovilismo confirmó que iba a investigar todo lo ocurrido y Vettel finalmente ha sido multado con 5.000 euros por haber quebrado el artículo 26.7 del reglamento de F1.

Por si esto fuera poco, su equipo informaba al inicio de FP2 que Vettel no iba a poder disputar esa sesión. Los mecánicos no pudieron solucionar los problemas del coche a tiempo y el piloto alemán deberá esperar a mañana sábado para rodar en el trazado de Albert Park en Melbourne.