La final de la Copa del Rey ya tiene participantes. Una final que pocos habían previsto a comienzo de curso y que demuestra la pasión de esta competición en la que cualquier equipo puede llegar lejos. El Athletic de Bilbao superó al Atlético de Madrid y se medirá al Mallorca.

Venían los de Ernesto Valverde con ventaja, pero no salieron a especular. Querían darle un golpe definitivo a la eliminatoria. Y lo hicieron en el primer acto con los hermanos Williams como estrellas: primero marcó Iñaki y después, Nico.

El mayor de los Williams firmó un remate espectacular al que no podía llegar Jan Oblak. Nico puso la bota en área pequeña para rematar como si de un delantero se tratara.

Maniatado el cuadro de Diego Pablo Simeone, que no encontraba fluidez en su juego ante la ausencia de Antoine Griezmann. No quiso arriesgar el entrenador con su estrella y en la previa del encuentro ya anunció que no sería de la partida.

El huracán Athletic seguía pasando por San Mamés. Llegó el tercero Guruzeta aprovechó un error de Oblak y aumentó todavía más la ventaja. Insalvable ya para el cuadro de Simeone, que decía adiós a las opciones coperas.

La ciudad de Bilbao tendrá una nueva oportunidad de luchar por un título. En La Cartuja (el próximo 6 de abril), ante un combativo Mallorca, se disputará una final de Copa del Rey inédita. Una Copa del Rey más que especial.