El Tottenham Hotspur, liderado por un gran Harry Kane, autor de un doblete, se impuso al Everton en White Hart Lane (3-2) y metió presión al Chelsea, líder de la Premier League, con el que acortó su diferencia en la tabla hasta los siete puntos. El encuentro, visto por muchos en el Reino Unido como el duelo entre dos potenciales candidatos al banquillo del Barcelona -Mauricio Pochettino y Ronald Koeman-, fue plácido para los del norte de Londres hasta el minuto 80, cuando Romelu Lukaku recortó diferencias y metió el miedo en el cuerpo a los 'Spurs'.
Fue gracias a una genialidad de Kane, que contó con la inestimable ayuda de Joel El '10' del Tottenham, recibió de espaldas en la medular, se fue centrando y se hizo hueco hasta tener la portería en el punto de mira, y soltó un disparo lejano que se coló por el palo derecho del guardameta español, que pudo hacer más. El gol dejó 'tocados' a los de Liverpool, que pudieron haberse ido al descanso con una desventaja todavía mayor si Kane primero y más tarde Wanyama hubieran acertado frente a Joel, dispuesto a desquitarse de su error.
La historia se repitió tras el descanso, y a los 10 minutos, Kane, con su vigésimo sexto gol de la temporada -19 en Premier League-, dobló fácilmente la ventaja de los 'Spurs'. En la enésima recuperación en la salida de balón de los de Koeman, esta vez fue Dembele, culminando su gran partido, el que robó la redonda, y Alli el que se la puso perfecta para que Kane batiera por entre las piernas a Joel en la salida.
El Everton reaccionó tarde
Movió fichas rápidamente el técnico holandés, y dio entrada a Mirallas y a McCarthy por Davies y Barry, en busca del tanto que les metiera de nuevo en el encuentro. Y fue Lukaku el que dio esperanza al Everton cuando faltaban 10 minutos para el final: el delantero belga, invisible hasta ese momento, aprovechó un resbalón de su compatriota Vertonghen para plantarse solo ante Lloris y batirlo por el palo largo.
Con los visitantes volcados en busca del tanto del empate llegó el que parecía el definitivo 3-1, obra de Dele Alli (m.92), que se adelantó a la defensa tras una falta lateral botada por Harry Wins para tocar ligeramente el balón y acomodarlo en el fondo de la meta de Joel. Mientras los aficionados locales celebraban el tanto de su joven estrella, un nuevo gol enmudeció White Hart Lane.
No hubo tiempo para más en el Lane y el Tottenham se llevó tres puntos de oro que lo colocan en segunda posición de la Premier, a sólo 7 puntos de un Chelsea que el lunes podría dar un paso más en su camino hacia el título si derrota en el Estadio Olímpico de Londres a sus vecinos del West Ham.