Desde el paro cardíaco que preocupó, en gran medida, al mundo del fútbol, hace más de seis meses, Christian Eriksen entrena en solitario en busca de un equipo donde volver a sentirse futbolista. Ahora, ha concedido una entrevista a la televisión danesa ‘DR1’, donde ha relatado lo que sintió tras quedarse tendido en el terreno de juego en el partido contra Finlandia.

“Antes del partido me sentía genial, no había indicios de nada”, comenta el danés. Fue en el minuto 43 cuando recibió el saque de banda Joakim Maehle, “me golpeó la pelota y la devolví usando la espinilla. Sentí un pequeño calambre en la pantorrilla y luego me desmayé”, señala.

Pocos minutos después logró despertarse, afirma que se encontraba distante y que le costaba respirar. “Cuando me desperté sentí a los médicos presionándome el pecho. Luché por respirar”, expresa el ‘10’.

“Me costaba respirar. Empecé a hacerlo con los ojos cerrados y luego comencé a ver a gente a mi al rededor”, indica Eriksen. Tras mencionar estas palabras, durante la entrevista, recordó una breve conversación con el cardiólogo de la selección danesa al recuperar la consciencia. “Recuerdo que nuestro cardiólogo dijo que tenía 30 años, le respondí: ‘Oye, sólo tengo 29, así que cálmate”.

Tras lo ocurrido se le implantó un marcapasos, pero la normativa italiana lo prohíbe durante la práctica futbolística en el fútbol profesional, motivo por el que rescindió el contrato con el Inter de Milán. Ahora, Antonio Conte, exentrenador 'nerazzurri', le abre la puerta del Tottenham.

Tiene luz verde por parte de los médicos para continuar sintiéndose futbolista. “Creo que es el amor por jugar al fútbol. ¿Me puedo ver a mí mismo sin fútbol cuando sé que los médicos dicen que estoy bien? Entonces nada en mi interior me dice que no tengo que jugar”, expresó el centrocampista.

Su deseo es volver a jugar y, su objetivo, asistir al Mundial de Catar.