En el último entrenamiento antes de la final de la Champions, Cristiano disparó a portería, pero se marchó muy desviado, con tan mala fortuna que golpeó en el rostro de un cámara. El trabajador tuvo que recibir varios puntos en el Olímpico de Kiev al abrirse su ceja. Al terminar el entrenamiento, el luso regaló la sudadera del entrenamiento al cámara.