En medio de ese desierto que fue el FC Barcelona ante el Mallorca, volvió a aparecer el adolescente de la plantilla. Lamine Yamal es la luz de este equipo. Mucho futuro, pero también muchísimo presente. Porque es él quien saca las castañas del fuego del equipo de Xavi Hernández.

El Barça superó al Mallorca en un partido soporífero por momentos. Incluso los de Javier Aguirre se habían podido poner por delante el la segunda mitad. Muriqi cabeceó al larguero y Montjuic se enfadaba.

Consciente el barcelonismo de lo que se viene. De que necesitarán una versión mucho más brillante para superar al Nápoles en la Champions League. Y los italianos llegan ya, este próximo martes.

Antes, Gundogan erró un penalti señalado sobre Raphinha. El VAR avisó al árbitro que había un contacto y al monitor fue el colegiado a confirmar la pena máxima. Había contacto. Suficiente o no es un debate mucho más profundo. Lo detuvo Rajkovic, que firmó un auténtico partidazo con varias paradas salvadoras.

Pero fue la noche de Lamine. Cuando el choque se encaminaba a las tablas finales, puso la pelota en la escuadra izquierda. Un golpeo perfecto y un dibujo imparable para el portero del cuadro mallorquín.

Incluso el público alucinó una segunda vez con la repetición que se mostró en el marcador. Ese 'ooh' al ver cómo la pelota entraba por la escuadra. El Barça tiene un mago llamado Lamine Yamal. Y por muchos años.