Aranda es una localidad dividida. La identidad de la menor presuntamente agredida por tres exjugadores de la Arandina es vox pópuli. Sufre la falta de anonimato pero también el rechazo de quienes apoyan a los jugadores ya encarcelados: "Denunciar siempre es complicado en cualquier lugar, pero más cuando es un municipio pequeño en el que todo el mundo se conoce y que finalmente se va a saber quién es la víctima y quiénes los agresores" ha asegurado Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.
La prueba más evidente de la división que se vive es la manifestación de unas 200 personas en pleno centro de Aranda por la presunción de inocencia que parece no gustar a todos: "Estoy en contra porque todo está en manos de la justicia", "puede perjudicarla porque hay veces que no comprendemos las cosas" aseguran los vecinos.
Desde la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro apunta a una doble victimización de la menor: "Porque además de que se nos responsabiliza a las mujeres de la agresión que sufren, en el juicio público ella es como la culpable de la agresión que ha sufrido: a las mujeres no hay que educarnos en que limitemos nuestra libertad, en que no nos vistamos de una manera sino que hay que educar a los chicos a no agredir".
La Arandina pronunciaba un discurso contra la violencia machista: "Decimos no a la violencia de género y un no rotundo a una sociedad que menosprecie a las mujeres". Un gesto necesario para muchos después de lo ocurrido.