Lo vivido en el Wizink Center este jueves será difícil de olvidar para todos los aficionados del Real Madrid. Con un equipo plagado de bajas por el coronavirus superaron a todo un CSKA de Moscú.

Y es que los blancos acumulan hasta ocho infectados, incluido Pablo Laso. Ayer, horas antes de iniciar el partido, se conocía el positivo de Adam Hanga. Tal era el nivel que en los últimos días los integrantes sanos de la plantilla han entrenado con mascarilla.

Con los rusos como rival, sin duda otro de los favoritos para ser campeones, los chavales sacaron toda su garra y demostraron que la cantera blanca es una de las más poderosas del mundo. Klavzar, Garuba y Miller fueron los tres integrantes del equipo junior que disputaron el encuentro.

Fueron decisivos en un partido que debería haber sido suspendido ante el evidente brote de coronavirus que merma al equipo de la capital española, cuyo encuentro de Liga Endesa ante Joventut sí ha sido aplazado.

Tavares y Williams-Goss guiaron a los chavales con 32 puntos entre ambos. Siempre acompañados por un Sergio Llull eterno, que volvió a asomar en los momentos de debilidad del Madrid en el partido.

Klavzar, otro adolescente rubio con el 7 a la espalda que aparece en el Madrid (el madridismo nunca olvidará a un tal Luka Doncic) anotó diez puntos, con dos triples incluidos, que fueron fundamentales para la posterior victoria.

El conjunto blanco se llevó el triunfo ante unos aficionados más entregados que nunca. Seguro que nunca olvidarán esta noche. La noche en la que el Madrid más adolescente volvió a pelear por Europa.