Los pupilos de Velimir Perasovic estuvieron de dulce en la capital rusa. Especialmente potentes en el rebote, con un porcentaje notable desde el perímetro, los baskonistas cocinaron su triunfo desde el primer cuarto para hacer olvidar, cuanto antes, el tropiezo que arrastraban frente al Barça de la semana pasada.

Dicho y hecho. El Kirolbet supo sacar partido a la baja de Alexei Shved y pronto encontró buenas ventajas (3-12, min.4), machacando cualquier reacción del Khimki, a quién solo le sostuvo Markovic en un buen arreón que impidió que los vascos solucionasen la papeleta antes de tiempo. La gran defensa de Baskonia fue dando sus frutos. Shields hizo el resto.

Pese al equilibrio vitoriano, llegó el momento de los pupilos de Georgios Bartzokas, que enjugaron su desventaja con un carrusel de buenas acciones antes de enfilar el túnel de vestuarios. Del 21-34 se pasó al 36-43, dando vida a un Khimki que tenía mejores números que sensaciones. Ahí, sin embargo, los rusos se creyeron capaces de todo y tomaron la iniciativa.

Su renacer coincidió con un parón provocado por Shengelia, que reventó el tablero en una entrada a canasta. El mate del georgiano hizo añicos el cristal y el parqué se convirtió en un mar de cristales. El choque se detuvo más de 20 minutos y este paréntesis le dio la vida al combinado moscovita.

Green, Crocker y el ex de Boston, Jordan Mickey, tuvieron su minuto de gloria para colocar el 53-52 al borde del último asalto. El veterano Monia también aportó su parte con dos triples que hicieron enfadar a Perasovic. Pese a las dificultades, Baskonia cogió el toro por los cuernos y pudo reponerse con dos acciones individuales de Vildoza.

El marplatense se sacó de la chistera un triple cuando más lo necesitaban los suyos. Voigtmann le echó una mano desde la línea de 6,75 y Janning y Shields, con cinco triples entre ambos, zanjaron una victoria fundamental para los españoles, cuyos dos próximos compromisos en Europa serán también lejos del Buesa Arena.