Michael J. Fox regresa poco a poco a una etapa más calmada de su vida después de vivir uno de sus años más difíciles. El actor que dio vida al mítico Marty McFly de la saga 'Regreso al Futuro' mantiene su lucha con el párkinson, en la que lleva inmerso desde hace más de 30 años.

Ahora, con 61 años, intenta adaptarse a una nueva vida tras perder a su madre y sufrir varias caídas y operaciones. En 2021, su enfermedad "empeoró", como cuenta a la revista 'People', rompiéndose la mejilla, la mano, el hombro, el brazo y el codo.

Celebra los progresos que va experimentando, como caminar sin ayuda "de manera constante". "Es genial caminar sin ayudas. Lo es. Es fantástico", celebra. Y es que es esa su misión: "No caerse". Es ahora cuando se acaba de recuperar de su última herida, con un brazo que empieza a "sentirse mejor".

Todas estas caídas, físicas y emocionales, le ocasionaron problemas emocionales, algo a lo que no estaba acostumbrado a sufrir. "Nunca he sido alguien malhumorado, pero me ponía de mal humor. A mis cuidadores les decía: 'Diga lo que diga, imaginad que os he dicho 'por favor' al empezar y 'gracias' al acabar'.

Recientemente, su figura volvió a ser noticia en el reencuentro que protagonizó con Christopher Lloyd, su Doc, con quien no dudó en fundirse en un emocionante abrazo. Ahora, se muestra con más fuerzas que nunca. "Ha sido una lucha, pero estoy feliz", reconoce. Y zanja con un consejo: "Digo eso porque espero que, en algún momento, las personas puedan encontrar la felicidad a pesar de lo que están pasando".