Será el próximo viernes cuando el pilar de la canción de autor en España, Luis Eduardo Aute, nacido en Manila en 1943, salte al escenario del Teatro Circo Price de Madrid, dentro del ciclo Inverfest, para repasar una vida jalonada por 400 canciones, de la que ha hablado.
Dicen que costó convencerle para que se dedicara a la música. "Y cuesta todavía. Una vez en el escenario intento pasármelo bien, pero cada vez me cuesta más", explica Aute. Y lo hace, en su mayoría, por él, y no por los demás. "Las canciones, como los poemas, son una manera de hablar conmigo mismo, me invento un interlocutor imaginario y benevolente, que esté de acuerdo con todo le que le digo, y le cuento todas mis cuitas".
No obstante, se reitera, desde la posición de la experiencia, del inevitable paso de los años. "Cuando acabo algo, estoy convencido de que será lo último que haga y de que no va a ocurrir nada más, de que me he quedado seco", se sincera el cantautor. Y aún con ello, el músico sigue sin perder esa prosa que tan bien le ha caracterizado a lo largo de su carrera profesional.
"No es poeta quien escribe poemas, sino quien utiliza cualquier medio de expresión y es capaz de ir un poco más allá del espejo, de construir una mirada distinta, un 'desestatus quo', provocar la sensación de que te quitan el cielo. Una obra de arte lo es en cuanto que es capaz de rozar esa dimensión inesperada y mágica. El artista se parece más a un mago que a cualquier otra cosa", considera Aute.
No concluye sin añadir: "Yo intento rozar ese vuelo poético, otra cosa es que lo logre. Aute no finaliza la conversación sin puntualizar en, considera, la necesaria mejora de los aspectos culturales que ve desmejorados por el espectro político. "Echo de menos en todas las propuestas el concepto de cultura, que no aparece prácticamente en ningún discurso, cuando un país es sobre todo su cultura".
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