Las Fallas, esculturas
satíricas de corcho blanco creadas por artistas locales, "propician la
comunicación y el diálogo entre los ciudadanos". Cada 19 de marzo, miles
de monumentos falleros levantados en medio de plazas y calles emblemáticas de
Valencia son devorados por el fuego como acto de purificación y
rejuvenecimiento a las puertas de la primavera.
El comité, formado por
representantes de 24 países firmantes de la Convención de la Unesco para la
salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, decidió incluirlas en la lista
de bienes protegidos para responder a la "necesidad social" de
preservar las artes y oficios tradicionales que de otro modo desaparecerían.
Según este organismo, la
práctica de esta festividad cultural, transmitida en el seno de las familias, refuerza
la cohesión social y favorece la creatividad colectiva de las comunidades. Tras
conocer la decisión, el concejal de Cultura Festiva de Valencia, Pere Fuset,
remarcó que este reconocimiento supone una responsabilidad y un estímulo para
buscar "la excelencia de la fiesta y la mejora constante".
La Unesco no solo
reconoció el valor de los monumentos valencianos, sino también todos los actos
que envuelven esta festividad que se celebra del 14 al 19 de marzo: desfiles de
bandas de música, ofrendas florales y eventos culinarios.
Este Comité
intergubernamental de la Unesco se reúne una vez al año para examinar el
funcionamiento de esa convención, adoptada en 2003, y examinar las candidaturas
de inscripción en sus listas. La undécima reunión del comité, que se celebra en
Etiopía, es la cuarta organizada en el continente africano, tras las de Argel
(2006), Nairobi (2010) y Windhoek (2015).