Suecia es el único país que, aun sin recomendarlo, permite realizar conciertos a mitad de aforo. Ejemplo de ello es la actuación que aparece en el vídeo que acompaña estas líneas, en la ciudad de Malmö: podría tener hasta 350 personas danzando frente al escenario, pero, en su lugar, solo hay 40.

No obstante, la medida sueca no parece gustar demasiado a los gerentes de las salas españolas. "Nosotros tenemos un aforo de 256 personas, si tuviera que trabajar con un aforo de 80 personas, más me conviene cerrar", asegura Andrés Almada, dueño del Café Berlín en Madrid.

A caballo entre el sector cultural y el hostelero se encuentran las salas de conciertos, que deben afrontar los gastos de ambos. "Tenemos programadores, técnicos de sonido, técnicos de iluminación. También unos grupos a los que pagar", explica Javier Olmedo, director gerente de La Noche en Vivo.

Son autónomos o dueños de pymes y la mayoría ha tenido que realizar ERTE para mantener el local. Desde el Ministerio de Cultura confirman a laSexta que se han reunido con los promotores de conciertos, pero de momento, las salas quedan excluidas. "No hemos tenido ningún contacto real con el Gobierno", asegura Almada. "Lo que necesitamos básicamente va a ser un rescate", asevera por su parte Olmedo.

La total incertidumbre ha llevado a una parálisis total del sector que además basa su actividad a largo plazo, mediante la planificación de conciertos. "Si hay a lo mejor 30.000 empresas de hostelería en Madrid, solo hay 50 salas de conciertos y por algo es, por la dificultad que conlleva ser una sala de conciertos", afirma Javier Olmedo.

Los pasos a seguir aún se desconocen: los propietarios, por su parte, ofrecen su colaboración, proponen diálogo y necesitan ayudas para que el silencio no se convierta en definitivo.