En 2008 tuvo lugar un incendio en los estudios del grupo Universal en Los ángeles donde se destruyeron 500.000 cintas de más de 700 artistas.
El suceso había permanecido oculto durante más de una década pero ha sido ahora cuando el 'New York Times' la ha sacado a la luz. Inicialmente la productora solo dijo que se habían perdido algunas cintas de vídeo sin importancia.
En la exclusiva, el periódico asegura que las llamas habían devorado grabaciones originales de cantantes como Billie Holiday, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Aretha Franklin, Ray Charles, Joan Baez, Sonny y Cher, Elton John, Eric Clapton, Aerosmith, Janet Jackson, Snoop Dogg, Nirvana, R.E.M., The Eagles o 50 Cent.
También entran dentro de esta multitudinaria lista Neil Young, The Who, Dolly Parton, Petula Clark, Joe Cocker, Crosby & Nash, Peter Frampton, Cher, Tom Jones, The Damned, Phil Ochs, Boston, The Damned, The Wallflowers, Bryan Adams, Pat Boone, Glen Campbell, The Carter Family, Elmore James, Milton Nascimento, Buffy Sainte-Marie o Busta Rhymes.
Jerry Lee Lewis, Ennio Morricone, Olivia Newton-John, Weezer, Common, Limp Bizkit, Xavier Cugat, John Fogerty, The Neville Brothers, Leon Russell también podrían figurar como posibles afectados aunque por el momento no ha habido una confirmación oficial.
El incendio hizo perder a la discográfica un tesoro musical de grabaciones máster. Estas grabaciones son las versiones originales que posteriormente se trasladan al vinilo, mp3 u otros soportes. También se usan como base para hacer reediciones o remasterizaciones y puede haber piezas inéditas que jamás vieron la luz.
Tras destaparse la noticia, los herederos de Tupac y Tom Petty o Steve Early han interpuesto una demanda contra Universal Music Group en la que piden como mínimo 100 millones de dólares (unos 80 millones de euros).
Se abre con algunos cambios
Notre Dame, la catedral renacida: los colores que los siglos habían borrado vuelven tras su reconstrucción
Lo más llamativo de esta nueva Notre Dame es su luminosidad y el regreso de un color que los siglos habían borrado. En el exterior, las gárgolas dañadas por las mangueras que querían detener las llamas ya han sido reparadas.